Un día como Asesor de Juez de Plaza.
Texto por: Gerson Correa Fotos por: Carlos García
- “Queremos que alguien de la Peña participe como asesor de juez, ¿le entras?” – Me comentaron Migue Romero y Gera Yuste vía telefónica, refiriéndose a la novillada que se realizaría con motivo de la inauguración del Cortijo Soltepec, ubicado en la hacienda tlaxcalteca del mismo nombre.
Hacía mucho tiempo que no recibía una sorpresa tan grata, me sentí honrado y de inmediato acepté. Expresando mi poca experiencia, me comprometí a estudiar el “Reglamento para los espectáculos taurinos en el Estado de Tlaxcala” (Reglamento) y a cumplir con el encargo de la mejor manera posible.
El Reglamento establece que el juez de plaza es la máxima autoridad en los espectáculos taurinos y que su asesor tiene dentro de sus funciones:
1. Dirigir, a petición del juez, la parte técnica de la lidia, indicando los cambios de suerte y llamadas de atención.
2. Asesorar al juez en todos los aspectos técnicos de la lidia, expresando su opinión a petición de aquél o cuando lo estime pertinente.
En el periodo previo al festejo, leí los 12 capítulos con los respectivos artículos que integran el Reglamento, en los que se habla de las autoridades en la plaza, las plazas de toros y las características que deben tener, los tipos de espectáculos taurinos que pueden llevarse a cabo y las particularidades de cada uno, del ganado, de la lidia y sus tres tercios (tiempo, orden, y reglas), entre muchos otros temas; debo reconocer que me sorprendió bastante lo amplio y específico que es.
Considero que todos los aficionados debemos leer el Reglamento, debe ser parte de nuestra “educación taurina” para poder entender, engrandecer y defender la fiesta brava.
El día se llegó: sábado 05 de agosto de 2023, el cartel anunciado: novillos de Heriberto Rodríguez para Sebastián “Tatán” Soriano, Rafael Soriano, José de Alejandría, Erik Huerta, Enrique de Ayala y Gustavo García “Solito”.
Llegaron los novillos en 6 cajones y se procedió al sorteo, presidido por Don Antonio Macías (juez de plaza), en presencia de autoridades, empresarios, apoderados y matadores invitados; “Muegano”, el de mayor peso (375 kg) fue para Tatán Soriano.
En un ambiente campero y familiar, con el cielo nublado y un lleno total en el Cortijo, se lidiaron los 6 ejemplares de la ganadería hidalguense. Los chavales bien, arrimándose, dando cada capotazo con entrega y cada muletazo con pasión.
Yo, atento a las indicaciones del juez y las notas que se plasman en las “tarjetas de lidia”. En estas tarjetas (de formato libre e impresas en hojas tamaño carta), se deja constancia de todo lo acontecido en la participación de cada matador, entre otros: datos del burel (nombre, peso, número y ganadería, etc.), número de verónicas, chicuelinas, gaoneras y demás lances que el actuante haga; también se anota el número de puyazos que recibió el animal y si estos fueron en buen sitio o no.
En las tarjetas se anotan los resultados de cada par de banderillas: si fueron colocadas por el matador o los subalternos y quedaron en buen sitio, traseras, caídas, etc. En el último tercio, en la tarjeta se van anotando los pases y tandas que el toro dio por cada lado.
Después de cada toro lidiado, las tarjetas son firmadas por el juez y su equipo.
La tarde en Soltepec fue memorable, el triunfador fue José de Alejandría que cortó dos orejas y dio vuelta al ruedo con el ganadero. El “aplausometro” favoreció al Solito, cuyo novillero logró que la afición poblana asistiera al festejo; a pesar de estar en Tlaxcala, se puede decir que el Solito jugó de local y cortó una oreja a un novillo que fue aplaudido en el arrastre.
Para mí, ha sido la mejor tarde que he vivido dentro del mundo del toro; diferente, pero la mejor. A pesar de no tomar un buen vino, de no poder gritar olé, o aplaudir, los toros desde el biombo de la autoridad se viven diferente, en todo momento hay que mostrarse imparcial, aún así, se disfrutan enormemente.
Esta experiencia me ha dejado como enseñanza entender que en la fiesta hay normas que debemos conocer y cumplir, como medio de preservación de la misma; también me sirvió para valorar y respetar la difícil tarea de los jueces que es fácil señalar desde los tendidos.
Me gustaría seguir recibiendo formación en las labores de juez ya que representa una oportunidad para aportar al fortalecimiento, dignificación y defensa de nuestra fiesta, la fiesta más bella, ¡olé!